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Al visitar la capital de Guanajuato, Estado central de su mismo nombre y considerada cuna de la independencia de ese país, los viajeros se sorprenden al conocer una hermosa y pintoresca ciudad de contrastes. Lo prehispánico y lo colonial, así como lugares emblemáticos que llaman la atención por el colorido de las construcciones, cuya arquitectura recrea el estilo español de los siglos XV y XVI.
El ambiente y la amabilidad de sus habitantes, son característicos. Calles y plazas son fiel testimonio de un pasado luminoso, rico en creaciones culturales. Se observan tiendas que exponen obras precolombinas, artesanías locales, el trabajo de la plata con el ingenio creativo de sus artistas. La oferta de valiosas piezas es amplia y muy apreciada.
Caminar es la forma más efectiva de conocer un destino. Son muchos los lugares por recorrer, pero nos conformamos con una degustación para motivar a nuestros lectores a conocer Guanajuato. La caminata por calles adoquinadas, soberbias y muy empinadas que rematan en plazas y parques engalanados de flores en bellos jardines, es quizá el primer programa para los turistas.
Uno de los escenarios emblemáticos es el Teatro Juárez, monumento que representa el llamado “porfiriato” y a la ciudad de Guanajuato. Su nombre se debe a la época en que Benito Juárez fue presidente de la República. El teatro ofrece presentaciones culturales y puestas en escena de grandes obras teatrales y musicales. Así mismo grandes eventos entre ellos el famoso Festival Cervantino.
La Plaza de la Paz, que se halla en el corazón del centro histórico, sobresale por su belleza la Catedral Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato. En su entorno comparte con soberbios edificios coloniales, tiendas y almacenes, restaurantes y entidades bancarias.
Calles y callejones antiguos como el de San Diego o el Cruz Verde, la Cuesta de Marqués y La Estrella, el Pasaje de los Arcos, de la Tenaza y el de la Condesa, son lugares tradicionales muy visitados por los turistas.
Para tener una vista panorámica de 360 grados de Guanajuato, sea de día o de noche, no hay mejor plan que ir hasta el Monumento al Pípila, desde donde se observa de forma espectacular la ciudad. Fue construido en homenaje a Juan José de Los Reyes, con apodo “El Pípila”, que en una fecha histórica, el 28 de septiembre de 1810, obrando con valor y heroismo incendió la Puerta de la Alhóndiga de Granaditas, en la primera batalla dirigida por Miguel Hidalgo en compañía de otros héroes del ejército insurgente, contra el dominio español en la Guerra de Independencia mexicana en su lucha por la soberanía y la libertad.
Al Museo de Diego Rivera llegan visitantes de muchos lugares de México y del exterior. Se ubica en el interior de la casa del famoso pintor y muralista. Allí se exponen obras de todas sus épocas de artista, desde la infancia y la juventud hasta las pinturas creadas en su etapa de madurez y las cercanas a la fecha de su muerte en 1956, entre ellas Madame Libet y La Paloma de la Paz.
Otro lugar emblemático, vecino de la Cuesta del Tecolote, es el Puente del Campanero, que hoy es parte de la historia y símbolo, porque por él bajó Hidaldo llamado Padre de la Patria, en su afán por tomarse la ciudad de Guanajuato. Posee enorme valor por su atractivo arquitectónico e histórico y por una ubicación privilegiada ya que se conecta a un sector de viajas casonas coloniales y calles empedradas en el centro.
Por la famosa Calle Miguel Hidaldo caminan visitantes, turistas de todo el mundo y ciudadanos naturales, observando casas de intensos colores, pisos en piedra, balcones engalanados de flores. Circulan vehículos y la vida es agitada. En el pasado por allí descendían las aguas de una cañada en tiempos en que comenzaron a construir las primeras casas y a iniciarse un proceso de urbanización acelerado.
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